Si vas a una práctica con cabras no te lleves los apuntes.
De verdad, no lo hagas.
El motivo por el que insisto tanto en este consejo es porque se los comen.
Lo sé porque yo fui a una práctica con cabras, cuando estudiaba veterinaria y…
se comieron mis apuntes.
Los míos y los de unos cuantos compañeros de clase.
Las consecuencias de esta práctica fueron dos:
- Para las cabras, ninguna. Digieren estupendamente bien la celulosa. Tienen 4 estómagos para hacerlo, con un montón de bichitos que les ayudan.
- Para nosotros, unas buenas risas y un recuerdo de esos que siempre salen en las reuniones de antiguos alumnos.
Y sabes lo que te digo, que aunque nunca he trabajado con cabras, creo que ahora tampoco me costaría demasiado manejarlas, ya que esa práctica se quedó grabada en mi memoria mucho mejor que si las cabras hubieran respetado mis concienzudas anotaciones.
Fue algo divertido, provocó una emoción en nosotros y por eso lo recordamos.
Si trabajas con Danio en clase te aseguro que provocarás una emoción en tus alumnos que recordarán siempre, pero tendrás la ventaja de que no son capaces de comerse los apuntes.
El proyecto que no olvidarán es este:
Un abrazo
Txus
PD1. Lee la historia de la introducción. Es absolutamente verídica.
